Billy Wilder

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El último de los grandes creadores de cine de todos los tiempos. Falleció a los 95 años de edad…


El último de los grandes creadores de cine de todos los tiempos, el bastión fílmico que aún se negaba a morir, la gran genial usina de películas que supieron construir su propia maestría, aquella que lo hizo el más noble autor de comedias (aunque cualquier género le sentaba bien: policiales, melodramas…) que ha surgido de esa lámpara de 24 fogonazos de glamour por segundo que es la industria de Hollywood, el reino donde reinaban tipos como Billy Wilder, quien falleció el jueves 28 de marzo de 2002  porque sencillamente ya tenía 95 años y se cansó de esperar por un sucesor que nunca llegó, a pesar de que algunas esperanzas le llegaban desde España (Fernando Trueba, Pedro Almodóvar), pero finalmente nunca se concretaban con la solidez que la herencia del viejo Billy demandaba.


 

LA COMEZÓN DEL SÉPTIMO AÑO (The seven year itch)

Año: 1955. Con: Marilyn Monroe, Tom Ewell. Duración: 105 minutos.

Un hombre de los que suelen pasar desapercibidos, un tipo gris, de apariencia normal, fantasea con su vecinita de arriba, que resulta ser una chica con aspecto inequívoco a Marilyn Monroe porque es Marilyn, la más hermosa de la historia del cine, un bombón entre despampanante y angelical listo para ser arropado o para quitarle la ropa.

DIAS SIN HUELLA (The lost weekend)

Año: 1945. Con: Ray Milland, Jane Wyman, Howard Da Silva. Duración: 100 minutos.

Cuando se escriba un libro sobre las curdas épicas del cine, la tapa será una foto de Ray Milland con el ceño vencido, la mirada triste, el sombrero ladeado y el vaso de whisky – ya vacío – adherido a la mano como por tentáculos. La foto es un fotograma, ¿un fotodrama?, del mejor trago-secuencia, en palabras de Ángel Fernández Santos, de la historia. Brindemos por Billy Wilder. Salud.

PISO DE SOLTERO (The apartment)

Año: 1960. Con: Jack Lemmon, Shirley MacLaine, Fred MacMurray. Duración: 125 minutos.

Un empleado de seguros le alquila su departamento a los jefes de la compañía para que revoloteen con sus amantes. Esta línea argumental da pie a que una de las parejas que mejor frutos le ha dado a Wilder en particular y en general a la comedia romántica: Lemmon-MacLaine, un solo corazón.

EL OCASO DE UNA VIDA (Sunset blvd)

Año: 1950. Con: Gloria Swanson, William Holden, Erich Von Stroheim, Buster Keaton. Duración: 110 minutos.

Cine dentro del (mejor) cine. Un escritor muerto cuenta la historia de una gloria (una Gloria Swanson) de las películas mudas, ya en estado de decrepitud, camino a su fin. Stroheim y Keaton agregar mudez a esta gema sonora sobre el mudo que habla: un muerto, y la parlante figura añejada en su propia vanidad.

CADENAS DE ROCA (The big carnival)

Año: 1951. Con: Kirk Douglas, Jan Sterling, Bob Arthur. Duración: 112 minutos.

Cuando un hombre queda atrapado vivo en una mina, los medios crean un circo mediático liderado por un periodista sólo interesado en la primicia amarilla del asunto, a cualquier costo. Kirk Douglas se revuelca en su propia escoria moral en este drama donde el trasfondo de la tragedia indaga más allá de las profundidades de la propia mina.

PACTO DE SANGRE (Double indemnity)

Año: 1944. Con: Fred MacMurray, Barbara Stanwyck. Duración: 106 minutos.

La combinación es perfecta: una víctima masculina (o dos), un investigador, una femme fatale. Y sexo, elemento desestabilizador, dentro de las márgenes sinuosas del cine negro, tan importante como el whisky o la ametralladora Thompson. Un ejemplo.

SABRINA

Año: 1954. Con: Humphrey Bogart, Audrey Hepburn. Duración: 90 minutos.

Entre dos hermanos, uno playboy con rostro de William Holden y otro más centrado con la reciedumbre madura de Humphrey Bogart, se disputan a la joven hija del chofer de la familia. No sé cómo hacía Wilder, pero hasta el último segundo de la película no se sabe con quién de los dos se queda la chica.

IRMA LA DULCE (Irma la douce)

Año: 1963. Con: Jack Lemmon, Shirley MacLaine, James Brown. Duración: 142 Min.

La prostituta enamoradiza, estereotipo del cine, tuvo en Shirley MacLaine uno de sus rostros más exactos y maleables. Ella,lógicamente, se prendará del policía parisino que Lemmon hace con los ojos cerrados, apenas siguiendo la clase de dirección que le imparte su amigo Wilder.

UNA EVA Y DOS ADANES (Some like it hot)

Año: 1959. Con: Marilyn Monroe, Tony Curtis, Jack Lemmon. Duración: 122 minutos.

De entrada una de las mejores comedias de todos los tiempos. Monroe en su plenitud física y actoral, y con esto debería bastar. Pero no. Está Lemmon y está ese final con Joe Brown que es un guiño al travestismo, inesperado para la época y gracioso hasta el agotamiento.

Wilder dixit

Dixit 1 -“Pronto me aburriría haciendo siempre el mismo género de películas. Detestaría realizar siempre lo mismo. Yo trato de cambiar de estilo. Cuando estoy triste me gusta realizar una comedia; cuando estoy contento, un drama”.

Dixit 2 – “Sinceramente no creo que hacer películas sea toda mi existencia. Hay una cosa que detesto aún más que ser tomado en serio, y es ser tomado demasiado en serio.

Cuando dicen que busco la verdad, saben cómo adularme. Unicamente intento ganarme la vida, rodar dos horas de película, y después me importa un bledo que sea real o bonito.

Simplemente hay que trabajar”.

Dixit 3 – “Yo hago películas para mí mismo, me gusta meterme en los problemas de hacer películas. Es fácil: se dejan conocer los personajes, luego se desarrolla la trama y, después que se los tiene bien tomados por la garganta (a ésos concienzudos contestatarios del público), se les suelta toda la historia”.

Extraído del libro “¿Quién diantres eres, Billy Wilder?”.


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