Cine Italiano

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Es un cine con tendencias neo-realistas y gran valor artístico que
cuenta con un número importante de grandes realizadores y el aporte
invalorable de ser Italia una nación de actores natos.

El primer país que abrió sus fronteras al cine americano tras la
segunda guerra mundial fue Italia. Hasta 1938 estaba considerado como
un excelente mercado para Hollywood, pero el inicio de la contienda
provocó en 1939 el bloqueo contra las casi doscientos películas
norteamericanas importadas anualmente (generaban un 80% de las
recaudaciones).

En 1943 Italia comenzó su largo proceso de liberación y volvió a ser
parte del cine americano hasta que comenzó a cuestionarse la idea de
disponer de una industria cinematográfica (con su característica
agrícola) . Sin embargo, una vez que se acabó la guerra, un importante
decreto revoco el monopolio fascista sobre el cine italiano y abrió las
puertas al libre mercado.

En 1946 se produjeron sesenta y dos películas italianas y se
importaron ochocientos cincuenta de las cuales seiscientas eran
americanas. El Estado desarrollo medidas proteccionistas basadas en la
obligatoriedad de proyección de films italianos.

En 1948 frente a las discordancias entre los partidos políticos, que
habían luchado contra el fascismo, se pronosticaba el momento en el
cual el espectador italiano ya no podía elegir y debía ver
exclusivamente aquellas películas que le imponían. La necesidad de
exportación de cine norteamericano disminuía a medida que se agotaban
los stock retenidos durante la guerra… y la propia crisis sufrida por
Hollywood desde 1950 reducía el volumen de la producción
norteamericana.

En 1955 se hizo eco de la crisis que vivía la industria
cinematográfica y se hacia responsable al gobierno democristiano, a
quien se acusaba de querer liquidar con su política cinematográfica una
de las expresiones mas importante s de la cultura. La desaparición de
empresas relacionadas con el mundo del cine certificó la gravedad de
esa situación.

En julio de 1956 se aumento la cuota de programación anual de cine
italiano como préstamo obligatorio para la importación de cine
extranjero.

1959 significó el año en el que desaparecieron las barreras que impedían la libre circulación de cine americano.

AÑOS ’40

En los años ’40 surge el Neorrealismo, movimiento cinematográfico
que denuncia la realidad moral y social de la Italia derrotada de
posguerra. Su principal característica es la de construir / reflejar la
dura realidad social. Para muchos espectadores es un cine de la
miseria, rodado en blanco y negro, en escenarios naturales, utilizando
generalmente actores desconocidos tomados de la calle y muchas veces
filmando sin guión. No todo el cine italiano fue neorrealista. Si nos
ajustamos a las últimas reflexiones de ciertos sectores de la
historiografía italiana veremos que sólo fueron puramente neorrealistas
unas cuantas películas rodadas entre 1945 y 1948.

Este movimiento nace, oficialmente, en la inmediata posguerra con “Roma, ciudad abierta” de Roberto Rossellini (1945). Títulos como los de Rossellini, De Sica y Visconti inauguran el cine moderno.

Algunas películas de De Sica, como “El Limpiabotas” (1946) y “Ladrón de Bicicletas”
(1948) realizan un importante salto evolutivo. Su estrategia consiste
en observar la vida cotidiana y retratar la tragedia de los seres
humildes a partir de la crónica, pero sin llegar a establecer una
dimensión documental que permitiese convertir a estos productos en
política y acabar transfigurándose en historia. Con títulos como los
nombrados, el cine italiano recupera gran parte del tiempo y el
prestigio perdido; no con la vanguardia sino con la modernidad y
propone, así, un modelo para las nuevas cinematografías nacionales…
no hollywoodienses.

LOS ’50 Y LOS ’60. Décadas de gloria de la comedia italiana. Neorrealismo rosa y las bases de la comedia a la italiana.

El neorrealismo no es la única influencia que transforma la
arquitectura de la comedia, se ve una clara influencia de las piezas
teatrales del populismo napolitano. En la evolución de la comedia
italiana, también fue fundamental la transición del humor gráfico. El
trasfondo neorrealista se reflejó en las comedias interpretadas por,
uno de los actores más populares del género, Toto. Entre 1950 y 1960 se
estrenaron cincuenta y cinco películas protagonizadas por Toto, cuyo
personaje exploraba el lado humano de las situaciones para trascender
la farsa. Las comedias protagonizadas por Toto reunieron a un grupo de
Humoristas, provenientes de las revistas gráficas de los cuarenta, y
configuraron la escuela de los futuros maestros de la comedia italiana.

La gran contradicción de las comedias italianas reside en la difícil
reconciliación entre el clima de optimismo del género, que incluye la
representación simbólica del final feliz como proyección de lo
deseable, con las premisas de un realismo focalizado en una sociedad
pesimista. Surgen, las comedias sentimentales como representantes del
“neorrealismo rosa”. Una nueva forma de estatismo por el cual
transitaba el cine industrial. Con los años se ha producido una
revisión del fenómeno.

“Las comedias fueron la base de la cultura italiana de los años
cincuenta, provocando un conflicto tanto con la censura de los
burócratas democristianos, como con los anatemas furiosos y
moralizantes de la izquierda” (Schifano 1995).

Es indudable que las comedias italianas se convirtieron en una pieza
indiscutible para el desarrollo industrial (y estilístico) del cine
italiano de los cincuenta.

Las obras más interesantes fueron realizadas a principio de los años
‘50 por Steno y Mario Monicelli. Historias que reflejaban la miseria de
la época y profundizaban en las relaciones sociales.

LOS ’70. La nostalgia & la ideología.

A través de las historias individuales se reflejaban los cambios
sociales, políticos y económicos de Italia: lo individual adquiría una
dimensión social y se podía observar una clara influencia del
neorrealismo, al que las películas hacían alusión a través de los
personajes.

En los años ’70 el cine buscaba recrear diversos acontecimientos
históricos y se vuelve nostálgico y elegiaco. Italia es sorprendida,
durante esta década, por el terrorismo de las brigadas rojas, por el
cine testimonial de Elio Petri y Francesco Rosi, el cine sociopolítico
de Bernardo Bertolucci y los Hermanos Taviani. Ettore Scola conjuga
estas dos vertientes con la herencia que recibe del neorrealismo en su
película “Feos, sucios y malos”, en el cual se muestra el retrato
descarnado de los estratos marginales. En esta etapa los films
apología, poblados de sus fantasmas personales, describen a su manera
teatral y grotesca las crisis y transformaciones de la sociedad
contemporánea, y el espectáculo popular comienza a ser claramente
identificado con la televisión y la vulgaridad de las masas.

LOS ‘80. La Crisis.

El cine italiano comienza a vivir una época de crisis, en una
encrucijada entre los viejos maestros (Fellini, Scola, Antonioni,
Bertolucci) y la nueva generación de cineastas (Moretti, Tornatore,
Loy). La RAI (cadena de televisión) compite con el cine, pero también
coproduce películas. Scola comienza, en cada uno de sus productos, a
reflejar la crisis de su generación en películas como La Terraza (1980)
y Macaroni (1985). Centra sus preocupaciones en la relación entre la
historia cotidiana y los procesos históricos, heredada del
neorrealismo. La preferencia por los lugares cerrados (La Terraza, La
noche de Varennes, El baile); la nostalgia por el tiempo que pasa; y la
oscilación entre el drama y la comedia. Más adelante seguirá
insistiendo con esos espacios únicos de encierros (La familia, La
cena).

En los ‘80 el espectáculo popular, en un tiempo amado, es claramente
identificado con la televisión y la vulgaridad de las masas, temas de
los que nacen algunas películas de esta época.

En la actualidad, el cine italiano ha sufrido una renovación
–especialmente- estética en sus productos fílmicos. Transformación que
ha impuesto una nueva forma de concebir al discurso cinematográfico, un
cine desvergonzado, dinámico y con un alto contenido político, social e
intimista.

Algunos directores que se encuentran, en formato video y DVD:

Los clásicos:

Mario Monicelli – Franco Zeffirelli – Pier Paolo Passolini –
Federico Fellini – Ettore Scola – De Sica – Bernardo Bertolucci – Los
hermanos Taviani – Luchino Visconti – Giuliano Montaldo

Los contemporáneos: Gabriele Muccino (El último
beso (2001), Ahora o nunca (1999) ) Nanni Moretti (La habitación del
hijo (2001), Querido Diario (1994), Aprile (1998)) Marco Tullio
Giordana (Cien Pasos (2002) ) Marco Bechis (Figlio (2002) ) Giuseppe
Tornatore (Malena (2000)) Giuseppe Picconi (Fuera del Mundo) Bernardo
Bertolucci ( Tragedia de un hombre ridículo, Cautivos del amor (1999),
último tango en Paris) Roberto Benigni (La vida es bella (1999) )
Andrea y Antonio Frazzi (Cuando el cielo cae (2000) ), entre muchos
más…

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