Claire Denis

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Claire Denis, directora de cine francesa nacida en el París en 1948…

“Vivo constantemente pensando en clave de cine”

Claire Denis, directora de cine francesa nacida en el París en 1948, sus últimos trabajos son el capítulo “Vers Nancy” de la película colectiva “Ten minutes older: The cello” (2002) o los largometrajes “Vendredi soir” (2002), “Trouble every day” (2001) y “Beau travail” (2001)

Lo primero que llama la atención de su rostro es un invitado provisorio, un respetable chichón en plena frente producto de una caída de su bicicleta mientras paseaba por las calles de París, algunas semanas atrás. Luego, no más de unos segundos después, al mirarla a los ojos, la serenidad casi angelical que transmite su rostro aniquila cualquier otra percepción. Claire Denis, una de las directoras contemporáneas más reconocidas y prestigiosas, parece ser de esa clase de persona que no necesita decir mucho para dar a entender que hay algo distinto en ella. El poder de su paz interior. En su primera visita a Argentina, invitada por los organizadores del V Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, la realizadora presentó su aclamado último trabajo, “Vendredi Soir”, que tuvo además el honor de abrir el evento cultural más amado por los cinéfilos porteños, y se quedó por unos días mirando películas, atendiendo a la prensa y conociendo la ciudad que resultó ser “mejor de lo que me esperaba”, como aseguró a este periodista.

Aquel golpe en la frente, y algunos compromisos laborales –está trabajando en su nueva película– casi le impiden viajar, pero “hacía muchos años que tenía ganas de venir a la Argentina, quería ver el Río de la Plata”, comenta. Los tiempos del festival no dejan mucho para caminar por las calles de la ciudad, sabe que conoce “sólo la superficie, me encantaría ver más”, y confiesa que le gustaría filmar una película en el país, aunque por sus otros compromisos laborales es imposible pensarlo ahora. Cuando recuerda “Happy Together”, la bellísima película de Wong Kar-Wai filmada en Buenos Aires, “me pongo celosa, porque él estuvo aquí filmando, se quedó un buen tiempo, pudo amar la Argentina”.

Dice amor por primera vez No será la última. Amor. Ésa es una palabra y un sentimiento muy importante para Denis a la hora de hacer su trabajo. Sólo basta mirar alguna de sus películas para notarlo. La directora de “Beau travail” declara: “filmo sólo actores o personas que amo mucho, en mis filmes no hay nunca buenos y malos, hay siempre personas que amo y que son muy cercanas a mí, tanto los personajes como los actores. Ahí, entonces, me olvido completamente de mí misma, y pienso únicamente en los personajes. Yo no puedo contar una historia tomando mucha distancia ni de la historia ni de los personajes ni de los actores”.

¿Cómo fue que decidió dedicarse al cine?

De adolescente yo era una persona muy insegura y depresiva. Estaba tan mal conmigo misma en esos años que creía que nada me iba a gustar, que nada iba a funcionar en mi vida. Cuando era chica vivía en África y a los trece, cuando nos mudamos a Francia, sentía que no encajaba con nada de ese lugar. El cine era algo importante para mí, ver películas y sacar fotos era lo que más me gustaba hacer, pero no pensé nunca que iba a llegar a dedicarme a esto, para mí era imposible. Hasta que un día le dije a alguien que lo único que me interesaba era ir al cine y esa persona me recomendó una escuela donde podría estudiar y ver si en verdad me gustaba. Fui, pasé el examen de ingreso, todo anduvo muy bien desde un principio, y ahí está, después fue todo más fácil

¿Hay alguna característica de su personalidad que pueda captarse a través de sus películas? ¿Es posible conocer algo de su forma de ser al mirar un film suyo?

Creo que se puede ver algo de mí, estoy segura, pero yo no me doy cuenta porque creo que yo siempre hablo de los demás en mis filmes. Tuve horror cuando hice mi primera película y me dijeron que hablaba de mí, me espantó, porque pensé que eso era muy impúdico. Siempre tuve la impresión de que hablo de los otros, no de mí, pero sé que eso no es del todo verdadero.

Generalmente, sus películas se caracterizan por largos silencios que detienen el tiempo, por la atmósfera densa de sus imágenes, por una tensión movilizante e invisible a la vez. Dentro de esa estructura narrativa, de esa posición en la que decide ponerse para contar una historia, ¿qué lugar le concede al espectador a la hora de la concepción de un film?

No me gusta la palabra directora, y por eso trato de no ser directora en el sentido estricto. Sólo intento decir a la gente “miren lo que amo, tal como lo muestro, yo no estoy ahí”. Sé que igualmente estoy ahí, pero no me gusta la idea de pensarme como “el director”, que armo y desarmo las cosas. Que decido algo por alguien, yo sólo muestro algo. No me gusta pensar cuando preparo un filme o escribo un guión que va a tener una forma predeterminada, prefiero esperar que haya siempre un poco de espacio para la espontaneidad y la fortuna. O, por ejemplo, si me hablan de estilos, géneros y ese tipo de cosas, me causa horror, trato siempre de mostrar y de hacer películas tal como amo, y eso no puede encajarse en ninguna etiqueta o clasificación.

“Vendredi Soir” no es el resultado de un guión original sino que es la adaptación de un libro, algo que no es común en su obra, ¿cómo le resultó la experiencia?

Fue muy difícil. Tengo siempre la impresión de que cuando la idea es de uno, puedo conocer muy bien el filme, lo que quiero lograr con él, y si algo no funciona la solución llega enseguida. Como acá se trata de un libro, cuando escribí la adaptación tenía mucho miedo de no conocerlo profundamente en todas sus dimensiones. Si la historia viene de uno, el rodaje es simbiótico a la escritura del guión y el montaje, es la misma cosa, es un bloque, pero cuando adaptas un libro te preguntas si el rodaje no se va a volver muy separado, muy diferente.

¿Qué representa el cine para usted?

Cuando comencé a hacer filmes pensaba que a través del cine podíamos expresar ideas, sentimientos, lo que uno piensa del mundo, ideas que son importantes o creemos que son importantes. Luego de un tiempo de experiencia, uno se da cuenta que también nos exponemos a nosotros mismos, no sólo nuestras ideas. Esa parte no me gusta tanto, me da un poco de miedo. Al empezar, todo es muy teórico, uno piensa que no se expone y que expresa sólo ideas, creo un poco eso todavía, pero veo también que hay algo medio egocéntrico en el asunto.

Pero también puede ser la razón de eso todo lo que hay alrededor de un director de cine, la prensa, la gente, todo lleva a una especie de endiosamiento.

Sí, puede ser que sea así. Cuando respondemos preguntas, hacemos como que somos personas que tienen respuestas.

Esta no es la primera entrevista que concede la directora en el día, y tampoco será la última. Luego de hablar con los periodistas, le queda asistir a la proyección de su “Vendredi Soir” y, si le quedan fuerzas, ver por segunda vez la portuguesa “O Fantasma”, de Joao Pedro Rodrigues, una de sus películas preferidas entre las del festival. Por eso ya no hay tiempo para más. Su delgada figura se levanta de la silla, y con una sonrisa saluda antes de responder una última intriga, acerca de la Claire Denis no directora de cine, si es que acaso existe otra Claire Denis en ella. No hacía falta escucharla en realidad, porque ella es de esas personas que no necesitan decir mucho para dejar claro que es dueña de otra sensibilidad, de otra lógica de pensamiento. Pero era la última respuesta, simple y concreta: “mucho tiempo pensé que convivían en mí dos Claire Denis; ahora sé que se trata de una sola, que está constantemente pensando en clave de cine”.

Por Leandro Marques (La Butaca revista de cine)

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