Una propuesta saturada de sombras y emociones que desnudan la verdadera naturaleza del ser humano.
REYES Y REINA. Rois et reine , Francia/2004). Dirección: Arnaud Desplechin. Con Emmanuelle Devos, Mathieu Amalric, Catherine Deneuve, Maurice Garrel, Nathalie Boutefeu, Jean-Paul Roussillon, Magalie Woch, Hippolyte Girardot y Noémie Lvovsky. Guión: Roger Bohbot y Arnaud Desplechin. FotografÃa: Eric Gautier. Música: Grégoire Hetzel. Edición: Laurence Briaud. Diseño de producción: Dan Bevan.
Dos historias paralelas. Un músico desplazado emocionalmente y una bella mujer, dueña de una galerÃa de arte, casada en varias
oportunidades y madre de un hijo de 10 años. Son los personajes principales que deambulan en tres capÃtulos y un epÃlogo. Una narración
fragmentada que aleja a su director Arnaud Desplechin (Comment je me suis disputé… (ma vie sexuelle, 1996)) del naturalismo cotidiano de su cine.
Desplechin articula elementos complejos, como la eutanasia, la locura, la belleza, el amor, la soledad, el egoÃsmo; el psicoanálisis, la
angustia, la depresión, la venganza y el dolor. Un tratado existencial que lo sorprenderá por su ciclotimia narrativa, su conmovedora y audaz
mirada sobre cierta temática pocas veces abordada en la cinematografÃa actual.
La última pelÃcula del francés Arnaud Desplechin se convierte en un experimento retorcido y profundo sobre la necesidad que tienen las
personas de compartir, de comunicarse con el otro. Una pelÃcula saturada de sombras y emociones que desnudan la verdadera naturaleza
del ser humano.
Es cierto, requiere un espectador activo y se excede en metraje. Pero está correctamente armada desde lo formal, con muchos diálogos y buenas
construcciones de personajes.