EL CINE DE MARCO BERGER

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 Filmar las masculinidades queer en la Argentina

El programa cultura.arte.identidad. de la Secretaría de Extensión y Desarrollo en conjunto con el Centro Cultural Leonardo Favio  invitan a participar del Cine de Marco Berger. Todos los miércoles de octubre, a las 21 hs,  en Bs As 55. Entrada Libre y gratuita.

Adhiere: Departamento de Ciencias de la Comunicación / Mesa de la Diversidad /

 

El mito del “heterosexual” que se descubre “homoafectivo” es uno de los tópicos en la pornografía gay. Es uno de sus imaginarios más recurrentes: “straights” teniendo sexo entre ellos. Muchas veces por dinero y no por verdadera atracción. El hecho de que existan sagas pornográficas, varias de ellas dedicadas a la cuestión, habla del mercado que hay para ese producto en la “cultura gay” y hasta dónde Berger no juega con ese tópico. (Amauri Francisco Gutiérrez Coto, comunicación privada, 21-VIII-2013)

01/10– 21 hs. Plan B, de Marco Berger (2009), 103 min.

08/10– 21 hs. Ausente, de Marco Berger (2011), 91 min.

15/10– 21 hs. Hawaii, de Marco Berger (2013), 102 min.

22/10– 21 hs. Tensión Sexual: volátil,  de Marco Berger y Marcelo Mónaco (2012), 85min.

29/10– 21 hs. Música por la Diversidad: Los Grillos del Monte. Entrada un útil escolar.

A lo largo de los últimos cinco años, el director argentino Marco Berger (n. 1977) ha rodado una serie de films tan audaces como notablemente originales, pasando al frente del campo de cine queer en la Argentina, un país que también está en la vanguardia de una cinematografía latinoamericana provocadora que ha transcendido los lugares comunes del cine queer de Estados Unidos. Berger supera las fórmulas narrativas de “un pibe conoce a otro pibe” y “el pibe mete en la cama al otro pibe”, lo cual, demás está decir, necesariamente involucra la toma culminante de la gimnasia sexual que desplaza la sutilezas de la emoción humana y las complejidades eróticas. Los films de Berger se enfocan en circunstancias en que dos individuos de pronto se enfrentan con el potencial de la experiencia homoerótica, a veces a contrapelo de su conciencia, contradiciendo su alegada heterosexualidad. No es que estos individuos “descubran” que son “en realidad” gay. Más bien, llegan a descubrir un campo más amplio de potencial erótico para sus cuerpos de lo que habían, hasta este punto, imaginado. Aparte de su calidad intrínseca y de ser films provocadores, los títulos de Berger constituyen, incuestionablemente, una parte integral de la importancia de la conciencia queer en la Argentina urbana contemporánea.

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Plan B (2010) probablemente sea la mejor película narrativa queer del cine latinoamericano desde Doña Herlinda y su hijo (Jaime Humberto Hermosillo,1995).1 Como el film del mexicano Hermosillo, Plan B naturaliza, por así decir, el deseo unisexual para que sea una parte integral de la textura sociosexual global. Sin embargo, el film de Hermosillo requería, para dicha naturalización, contar con la distinción entre vidas públicas y privadas en México y con la colaboración entre todos los inmigrantes de la familia de los dos hombres en torno a cuya relación gira todo. En cambio, ese film de Berger se erige sobre la base de lo que se entiende acerca de un ambiente global propicio para lo gay que es el Buenos Aires contemporáneo (cuando no toda la Argentina) y en la forma en que lo privado puede, sin mucha perturbación, ser público en la democracia post-1983, fundamentada en una explícita defensa de los derechos humanos.

 ausente

Ausente (2011), es, superficialmente, un buen ejemplo de una historia gay tradicional. Martín, de dieciséis años, emprende la seducción de su entrenador de natación, Sebastián. Nunca estamos seguros de cuánto sabe Sebastián de lo que está pasando, por lo menos en los inicios del plan de Martín. Pero uno no puede dejar de quedar intrigado por la insistencia que muestra Martín para encontrar formas de acceder a Sebastián, incluyendo el pasar la noche en su casa. Sebastián tiene novia, pero parece que ella no vive tiempo completo con él. El problema para Sebastián de que Martín lo esté abordando parece tener que ver menos con ladiferencia de edad entre los dos -aunque dieciséis constituye la edad de consentimiento legal en la Argentina, todavía existen sanciones en cuanto a la corrupción de individuos menores de dieciocho- que con una relación profesor/estudiante. Este tipo de relaciones tuvieron mayor escrutinio desde la vuelta a la democracia institucional en la Argentina en 1983 de lo que las habían tenido bajo las dictaduras militares y probablemente antes.

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Hawaii (2013) es la película más simple y más bella de Marco Berger. Y acá la simplicidad juega un papel esencial. Los sucesos que relata Hawaii son de una sencillez rotunda, la misma vieja historia (“me gustás, pero tengo miedo de decirlo, y si te lo doy a entender de otra forma… etc.,etc.”) que, cuando se percibe en exterioridad, se ve tan desprovista de épica que parece, como diría Pessoa, ridícula; pero que al percibirla en interioridad guarda los estremecimientos más terroríficos que vivir se puedan: “para el enamorado, todo es signo, la debacle es siempre inminente”. Entonces el repertorio del lénguaje amoroso se expande en gestos ínfimos, rubores, amagues, gambetas, avances y retrocesos, frases truncas, tragar saliva, escrutar al otro, mirar sin que se note, moverse con la majestad de un cisne o con la torpeza de un adolescente ezquizoide, pánico, zozobra, caídas de ojo, parpadeos, sonrisas, roces y todas esas cosas de las que hablan las canciones de Gardel y Lepera. Miedo de todo, desasosiego por cualquier cosa, son instancias que pueden durar segundos u horas, pero expulsan al enamorado hacia la intemperie existencial, fuera del ente. Esos pequeños trances sin espesor épico son una materia ideal para el cine. No tienen lugar en las sinopsis, están hechas para ser vistas y padecidas con goce sumo (Oscar Alberto Cuervo, http://tallerlaotra.blogspot.com.ar)

 tensión sexual

Tensión sexual: volátil (2012) Está compuesto de seis narraciones breves (Marco Berger dirige conjuntamente con Marcelo Mónaco) y se explaya sobre la dinámica de la atracción sexual entre hombres. Se fundamentan en la misma propuesta: los hombres se encuentran de pronto enfrentados con una provocación homoerótica. Prescindiéndose de una clasificación de los sujetos humanos en términos de las ridículamente simplistas categorías de homosexual versus heterosexual, el narrador fílmico implícito deja al público cuestionarse hasta qué punto ninguno de estos hombres se auto-identificaría como “gay”: tal vez uno. Lo que tenemos básicamente son doce jóvenes repartidos en términos de lo que el espectador bien podría esperar legítimamente serán seis parejas entregadas al sexo “de verdad” al final de cada segmento. Esto no sucede, y como parte del principio narrativo global, queda poco claro hasta qué punto estos hombres comprenden el potencial homoerótico de la situación en la que se encuentran y, si entienden hasta qué punto están dispuestos a entregarse de buena fe a una experiencia sexual que parece ser un nuevo territorio emocional para ellos. Al mismo tiempo, se nos deja pensando en cómo se las arreglarán con la experiencia sexual en potencia que queda de pronto disponible para ellos. De este modo, la “tensión sexual” a la que alude el título es mucho más una cuestión del deseo erótico con el que se encuentran inesperadamente enfrentados, como es una cuestión de cómo, en diversas circunstancias totalmente cotidianas, la fachada machista heterosexista de la vida social argentina queda abruptamente perturbada por lo que será una sexualidad hombre-con-hombre, ahora plenamente legal, aunque no universalmente aceptada.

Fragmentos del artículo publicado por David William Foster (Ph.D., University de Washington, 1964) en la Revista de la Asociación Argentina de Estudios de Cine y Audiovisual. David es catedrático distinguido de Letras Hispanas y Estudios de la Mujer y del Género en la Arizona State University. Sus investigaciones se enfocan principalmente en la cultura urbana latinoamericana, con énfasis en la construcción del género y la identidad sexual y sobre la diáspora judía en América Latina en Buenos Aires y São Paulo. Se desempeñó como profesor Fulbright en Argentina, Brasil y Uruguay, así como, Profesor Interamericano del Desarrollo en Chile. Ha publicado extensamente sobre narrativa y teatro latinoamericano y algunos de sus libros más recientes son: Urban Photography in Argentina; Nine Artists of the Post-Dictatorship Era (2007); Ensayos sobre culturas homoeróticas latinoamericanas (2009); São Paulo: Perspectives on the City and Cultural Production (2011). Latin American Documentary Filmmaking (2013, en prensa). Foster dirige Chasqui: revista de literatura latinoamericana y ha sido Presidente de la Latin American Jewish Studies Association.

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