Batman vs Superman: el origen de la justicia.

Preludio con indigestión
Por Santiago Peppino

Zack Snyder es un director que considero valioso por haber adaptado fielmente cómics como 300 (Frank Miller) y Watchmen (Alan Moore y Dave Gibbons), obras difíciles de llevar con fidelidad a la pantalla grande. En 2013, con Man of Steel realizó una interpretación de Superman que va en la línea, actualmente de moda, de presentar versiones más oscuras y serias de los clásicos y a veces caricaturescos superhéroes del noveno arte. Hay que aclarar que esto no es algo que hayan inventado ni el, ni Tim Burton, ni Christopher Nolan, sino que inicia en los 80′ con Alan Moore y Frank Miller, dos escritores pioneros del género.

Batman vs. Superman presenta a los dos personajes principales en versiones interesantes y bien trabajadas. Por un lado tenemos a un Bruce Wayne entrado en años y con mucha experiencia; una versión sin dudas más brutal y cercana a los cómics que la de Nolan, pero que sigue manteniendo la seriedad del personaje, sin caer en la caricatura. Por otra parte, Superman es un alienígena que comienza a lidiar con las connotaciones mesiánicas que la gente le atribuye y la preocupación real que genera en otros sectores debido a su inmenso poder, no ligado a ningún tipo de regulación más que a su propia buena voluntad. A Batman le empieza a preocupar esto y ahí se dispara la historia.

Hasta aquí las cosas van bien. El punto débil es haber querido concentrar una cantidad abismal de elementos en una sola película, complicando la trama innecesariamente. De hecho hay varios puntos flojos, como por ejemplo el momento en que finalmente Batman y Superman se hacen “amigos”. Sigue por otra parte el problema de la excesiva destrucción en las luchas, que no tiene otro objeto que el de mostrar un despliegue obsceno de CGI y hacer de la película algo grandilocuente. Otro problema es el de Lex Luthor (Jesee Eisenberg), que viene en una interpretación con varios altibajos. En mi caso, por momentos me gustó su presentación de niño genio caprichoso, perverso y hambriento de poder, pero en otras partes es notable una sobreactuación orientada a querer seguir (de manera fallida) la línea del genial Joker de Heath Ledger.

La virtud de Marvel es mantener las cosas simples, sin bastardear a los personajes. De esta forma los fanáticos del género se mantienen contentos y aquellos que no son consumidores de historietas se entretienen viendo un film de acción-aventura-fantasía-ciencia ficción, etc. Gran parte de Batman vs. Superman está basada en The Dark Knight Returns de Frank Miller; creo que si se hubiesen ceñido a esa historia (que es una genialidad, un hito en la historia del cómic), con algún que otro elemento más, hubiese sido suficiente. El problema de la película es la indigestión que genera en cuanto a elementos introducidos. Fácilmente se pueden contar 3 o 4 grandes arcos argumentales de comics metidos a presión en la película (el ya mencionado de Frank Miller, La Muerte de Superman de Dan Jurgens, algunas cosas de Torre de Babel y Kingdom Come de Mark Waid, Crisis en las Tierras Infinitas de Marv Wolfman y George Pérez, si es que no se me pasa otro). En fin, la película es muy buena en cuanto a estética, fotografía y diseño de la mayoría de los personajes. Las actuaciones de Henry Cavill, Ben Affleck (un Batman/Bruce Wayne a la altura) Amy Adams y Jeremy Irons dan brillo a muchas escenas memorables dentro a la enredada trama. Además, hay tomas y recursos utilizados de manera excelente, muy fieles al estilo Snyder que Watchmen muestra en todo su esplendor. El pecado fue el exceso y la falta de simplicidad. Con toda la historia que fue comprimida en 150 minutos se podrían haber hecho dos películas, por lo menos.