La directora mendocina Carina Sama estrenó su último documental “Con nombre de florâ€, que relata la historia de Malva (95), la trans más vieja del paÃs. Un metal precioso, único en su tipo e imposible de moldear.
Por Verónica Franco
La noche que conocà a la turca Sama sabÃa que iba a ser un quiebre en mi manera de mirar a través de la cámara. Un amigo me la describió como una persona hermosa, y allà estaba, sentada en un bar, recibiendo con un beso sin barbijo a una joven cuya aparición no era de esas que se esperan con ansias. Esa tarde habÃa hasta googleado su nombre. HabÃa visto con admiración el documental que la llevó a encontrar esa joya con nombre de flor: “Madam Baterflai, la diversidad dentro de la diversidadâ€, cinco historias de vida trans distintas entrecruzadas en un asado.
Carina cuenta que un amigo le prestó un libro escrito por una trans chilena de 95 años. Un muerto caminando entre los vivos, ya que la esperanza de vida no supera los 35 años para quienes escapan de la heteronorma. ¿Cómo puede ser que Malva haya sobrevivido casi cien años en un mundo donde envejecer es un privilegio de hombres y mujeres moralmente blancas? ¿Cómo puede ser que haya tanta historia contenida en una vida cuya palabra fue silenciada a garrotazos por la dictadura permanente de la domesticación?
Carina venÃa decidida a inculcarme lo que Malva le habÃa enseñado con el poder de su escorzo: el encuadre siempre es patriarcal. No sólo por sus márgenes selectivos que dejan fuera aquello que no merece existir. La cámara agarrada por un hombre domestica a la mujer, la pone en su lugar reproductivo y de objeto de intercambio masculino. La lente agarrada con firmeza y seguras preconcepciones, con prejuicios, revictimiza a les trans que confÃan su memoria.
“Con nombre de flor†enseña sobre la irresponsabilidad capitalista de querer controlarlo todo, sobre todo el tiempo. Malva pone resistencia hasta el final, fallece en plena investigación y le entrega a la entrevistadora sólo seis horas de material. Y en gran parte de su relato aparece fumando acostada, lo que le hace imposible a Carina captar su cuerpo desde un encuadre “normalâ€.
Solo seis horas de entrevista le bastaron a Malva y Carina para hacer una pelÃcula sobre la historia de la normalización. Un relato (colectivo) de migración, escondites y refugios. Mientras se lustra los lentes de sol, la anciana pone apellidos a cada gobierno argentino e institución represiva que criminalizó a las mariconas para hacerl*s desaparecer. Un plan patriarcal macabro empecinado con mantener limpia la moral binarista, que sigue excluyendo y asesinando hasta hoy.
“Con nombre de flor†retrata ese régimen polÃtico productor de cuerpos y subjetividades del que hablan intelectuales como Paul Preciado, Judith Butler y Foucault.
De Chile a Mendoza, de ahà escapar a Brasil, Colombia y volver a Buenos Aires. A pie, en trenes de carga, en lanchas, Malva y amigues en busca de un lugar donde les dejaran vivir. Creaciones travas en los calabozos, plumas, fiestas, a pesar de todo, “encontraban el espacio donde sobreponerseâ€, aporta Sama al relato. “Contra el enemigo, las redesâ€.
Fotos valiosÃsimas pasan frente a la pantalla e intentan llenar ese vacÃo que Malva dejó. A pesar de los escasos testimonios la realizadora del film logra reconstruir con compromiso y sensibilidad un extracto histórico importante de la comunidad trans argentina.
Sama es una directora que prioriza la escucha por sobre los condicionamientos y tiempos de la industria audiovisual. En las pocas horas que duró nuestro encuentro de aquel bar, y con varias cervezas de por medio, me enseñó a respetar los silencios de les sobrevivientes y sus maneras de narrar.
“Con nombre de flor†está disponible para verlo una y otra vez en la plataforma de streaming de Cine.ar Play.
TÃtulo: Con nombre de flor.
Dirección y Guión: Carina Sama.
Producción: SofÃa Toro Pollicino, Carina Sama.
Dirección de FotografÃa y Cámara: Carina Sama. Edición: Camila Menéndez.
Diseño de sonido: Guido Beremblum.
Animación: Hernán Bressan. Música Original: Félix Sama