Un lugar de resistencia: Bixa travesty

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Bixa Travesty (Kiko Goifman y Claudia Priscilla. Brasil, 2018, 75’)

Por Stefania Aluffi

El pasado sábado desde Libres y Diverses, MuMaLá y Contenidos Dec habilitaron durante 24 horas el documental Bixa Travesty. Un film de 75 minutos que narra parte de la vida y lucha de la cantante, performer y activista por los derechos LGBTTTIQ+, la brasileña Linn da Quebrada.

Podes ver Bixa Travesty en una nueva función online gratuita, en el marco del Festival Internacional de Arte Queer (FAQ), este jueves 27 de agosto desde las 20 y durante 24 horas. Buscá el link en el instagram @faqbrandon o en @contenidosdec -.

 

Linna Pereira, conocida actualmente como Linn da Quebrada, nació en la periferia de San Pablo, Brasil, en 1990 y creció bajo las reglas de lxs Testigos de Jehová, comunidad que abandonó luego de reconocer su homosexualidad e identidad trans, no sin antes sufrir los prejuicios y la discriminación de su gente.

Comenzó su carrera en 2016, como intérprete, con la canción Enviadescer y bajo el nombre de Mc Linn Quebrada, denominación que fue mutando, hasta llegar a la que utiliza en la actualidad. Y es que, como ella misma dice, hoy es esta, pero mañana podría ser otra. Muchas otras. Y habitar diferentes lugares, transformarse, tanto como necesite para cumplir su misión de vida: ser feliz. “Es un deber mío ser feliz y vivir con dignidad”, afirma Linn alegremente.

En 2016 también publicó las canciones Talento, Bixa Preta y Mulher. En 2017 lanzó su primer álbum audiovisual Pajubá, participó de la película Body Electric y del documental My Body is  Politico. 

En 2018 protagonizó Bixa travesty (traducido como marica-travesti), un film repleto de música y magia, en el que su discurso sobre su propia vida, su existencia, su identidad y su cuerpo, se entrelaza y refresca de forma constante con escenas que la muestran sobre escenarios, en espacios donde el erotismo, la resistencia y lo queer, lo invaden todo.

Bixa travesty recorre sus canciones y sus performances, provocativas, contestatarias y reivindicativas. Es que esta marica extraña, como ella se denomina en una de sus letras, utiliza sus canciones como armas. Armas que disparan palabras e intentan terminar con conceptos e ideas que quedan cada vez más rancios, en casi todos los rincones del mundo. 

Linn se canta a sí misma y le canta al patriarcado, protesta y arremete contra él. También contra los varones que lo encarnan. Los que se burlaron tantas veces de su cuerpo, de su pelo, de su ropa y de su forma de caminar los pasillos de la favela donde creció. Los que la desearon y desean en silencio, refugiados tras un manto de (frágil) virilidad. 

El funk carioca se convierte en un discurso político-feminista al ser pronunciado por su boca.

La artista reflexiona, junto a distintxs amigxs y su madre, sobre su presente y su pasado, en conversaciones donde afloran (y se cuestionan) diferentes ideas: la de la pobreza y su romantización, la idea de Dios, de la periferia, de la familia y de la identidad, también su lucha contra un cáncer de testículos con el que convivió tres años. 

Además, la idea del amor. Sobre todo del amor propio, que se convierte en una especie de bálsamo para sanar heridas y mantra para obtener la fortaleza necesaria para vivir y resistir siendo una bixa travesty dentro de un mundo creado por y para los varones, donde se invalida y aniquila todo aquello que no cumple con sus expectativas. Donde no hay espacio para les cuerpes y las identidades que no encajan con lo femenino o lo masculino, patriarcalmente establecido y construido.

Su cuerpo es otro gran protagonista en este documental musical dirigido por Kiko Goifman y Claudia Priscilla. Aparece en primeros planos y bajo ángulos tal vez, poco convencionales, buscando incomodar miradas acostumbradas a cuerpos heteronormados. Cuerpo provocador, libre y deseante. Desafía con él todas las normas y hace añicos la lógica binaria en la que se ha enmarcado durante tanto tiempo y con tanta opresión a los géneros. 

“Creo que por el miedo a no pertenecer me acabe inventando un lugar para que yo perteneciera al menos a mí”, reflexiona al hablar de su cuerpo como espacio de resistencia.

La artista se pregunta y le pregunta a amigxs y colaboradorxs, como Jup do Bairro -cantante de rap y hip hop-, por la corporalidad travesti, por la silicona industrial y el uso de hormonas. Procesos y elementos que desde la lógica cis y heteronormativa, se consideran necesarios (y obligatorios) para toda travesti, para poder encasillar así, una vez más, les cuerpes.

Podría decirse que para Linn da Quebrada, su cuerpo es un territorio de reivindicación y resistencia. Un lugar seguro e íntimo, que se vuelve público al fusionarse con su música en las distintas performances. Para molestar, contestar y reivindicar. Para visibilizar y resistir. Para hacer con él, en definitiva, política y arte. Para construir desde allí un mundo por y para todas, todos y todes. 

 

Ficha técnica:

Dirección: Kiko Goifman y Claudia Priscilla.

Producción: Evelynn Mab.

Guion: Kiko Goifman, Linn da Quebrada y Claudia Priscilla.

Montaje: Olívia Brenga.

Sonido: Tomás Franco.

Música: Linn da Quebrada.

Año: 2018

Duración: 75 min.

País: Brasil.

Premios y nominaciones: 

– Berlinale Panorama – Teddy Award al mejor documental (2018)

– FICCI. Festival Internacional de Cine de Cartagena (2018)

– Festival de Cine de Tampere (2018)

– Torino LGBT (2018)

– Brussels Massimadi Festival (2018)

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