Búsqueda eterna: My last year as a loser (o Mi último año como perdedora)

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Por Stefania Aluffi

El largometraje de la directora y guionista eslovena Urša Menart es una de las trece películas que ofrece de forma gratuita la XVII edición del Encuentro de Cine Europeo, cuyos contenidos de este año están atravesados por una mirada con perspectiva de género. 

Podes acceder al sitio web del Encuentro hasta el 30 de noviembre, a través del siguiente enlace: https://www.cineueargentina.com/

 

Muchxs podemos sentirnos identificadxs con la ópera prima de Urša Menart. Esta es una de esas películas que muestran lo difícil que es insertarse en el mercado laboral y alcanzar la completa independencia, aun con un título universitario. Más cuando ese título no le es cien por ciento funcional al mercado y al sistema.

Spela (Eva Jesenovec) tiene casi treinta años y espera conseguir un puesto acorde con su profesión en la galería de arte en la que trabaja como recepcionista, pero por errores tontos acaba perdiendo esa posibilidad y solo le queda su trabajo como guardavidas en una piscina. 

Su vida transcurre con cierta monotonía. Sus amigas han emigrado desde hace tiempo, y no pierden oportunidad para incentivarla a que lo haga ella también, pero Spela se opone y cree fervientemente en que puede quedarse en Eslovenia para sentirse realizada; que su ciudad y su país la necesitan y tienen el potencial para ser tan prometedores como cualquier otro lugar del mundo.

Su novio, un experto en informática, ya no comparte esta idea y acepta un interesante trabajo en San Francisco, Estados Unidos, donde finalmente se instala. La ruptura de esa relación se suma a la trágica situación económica-profesional de esta Licenciada en Historia del Arte, que termina volviendo a vivir con sus padres y su abuela, y pasa su cumpleaños número treinta un tanto sola y bastante frustrada. 

Su vida mejora un poco cuando consigue un empleo como mesera en un bar y se hace amiga de Suzi, que le da lugar para vivir y la acerca un poco a su vida, rebelde y despreocupada. A Suzi ser una “simple” mesera no le pesa ni avergüenza. A Spela sí.

El largometraje recorre algunos otros intentos sin suerte de la protagonista por encontrar el trabajo que tanto ansía, algunas veces echados a perder por su honestidad -que deja ver su desesperada realidad- o simplemente por conseguir trabajos que no son trabajos, sino voluntariados. Todo esto se corona con el robo de su vieja bicicleta mientras brinda un taller de Historia del Arte en un asilo de ancianxs.

Así transcurre casi la totalidad de My last year as a loser, que nunca nos muestra algún guiño que nos haga creer que realmente ese será el ultimo año “como perdedora” de la protagonista. Nunca vemos a Spela evolucionar en alguna dirección y nos quedamos con la sensación de que su vida seguirá siendo una constante búsqueda sin éxito.

Hacia el final la vemos dejar a un lado sus convicciones -o al menos eso parece- y apostar por ir algunos días a Berlín, para probar suerte y hacer valer sus estudios. Pero sorpresivamente – o no tanto-, a minutos de embarcarse termina optando por no subirse al autobús y recuperar su bicicleta robada, estacionada frente a sus narices. Pedaleando sonriente en la noche de Liubliana vemos a Spela en la última escena de este largo.

 

Ficha técnica: Ne bom več luzerka (Eslovenia, 2018. 88’)

Título internacional: My last year as a loser (Mi último año como perdedora)

Guión y dirección: Urša Menart

Producción: Danijel Hočevar – Vertigo, 100, Nuframe, RTV Slovenija

Jefe de producción: Matija Kozamernik

Fotografía: Darko Heric

Música: Simon Pensek

Montaje: Jurij Moskon   

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