El sismógrafo de China: la poética de Jia Zhang Ke.

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Jia Zhang-ke

En marzo, todos los miércoles, a las 21 horas, el Ciclo Cine por la Diversidad recuperará parte de la filmografía de Jia Zhang-ke, uno de los autores fundamentales del cine asiático actual. Jia pertenece a la nueva generación de cineastas chinos interesados en indagar incansablemente en las historias de su país. Con cinco largometrajes de ficción y varios documentales, su obra supone una lúcida aportación sobre los cambios que tienen lugar en el mundo globalizado y sus efectos. Son películas profundamente contemporáneas, que intentan mostrar las mutaciones de la sociedad china al mismo tiempo que se producen. Desde el punto de vista formal también son netamente contemporáneas, destacando su rigor en la utilización de recursos innovadores del lenguaje cinematográfico. Una combinación de historicidad y estilización que funciona de una manera sorprendente.

Centro Cultural Leonardo Favio (Galería del cine, Buenos Aires 55). Entrada libre y gratuita. Organiza: Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Humanas (Departamento de Comunicación) y el Centro Cultural Leonardo Favio.

 

Miércoles 09/03. 21 hs: SALA 2. Platform (Zhantai), de Jia Zhang-ke (China/2000), 154 min.

platform

Platform es una película coral sobre la transformación cultural en la China de los ‘80, durante y después de la Revolución Cultural. El retrato fragmentado de una sociedad en plena transición. Los personajes-grupo son miembros de un centro cultural en un pueblo rural del norte, que se dedican al teatro y la música y debaten sobre política.

Platform está compuesta por una serie de situaciones, casi todas ellas filmadas con el criterio de una escena/una toma. Los episodios presentan a una pareja indecisa, la relación entre los miembros del conjunto musical, la evolución del grupo, y no guardan una necesaria relación orgánica entre sí. Lentamente pasan las estaciones y la vida en ese pueblo primitivo, opaco, donde los únicos vehículos motorizados son algún camión oficial, una moto, o un tractor con acoplado que sirve de transporte.

Con el transcurrir del tiempo, las acciones van transformándose y la ortodoxia se flexibiliza: los músicos incorporan cada vez más música occidental, la ropa y el peinado también se modernizan siguiendo las pautas de este lado del mundo, caen ciertos políticos del régimen y otros son rehabilitados públicamente. La sociedad se aburguesa, e incluso el conjunto musical termina privatizado. La China de Mao ha experimentado la conversión al capitalismo.

Platform fue la ganadora del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires en 2001 (entre otros premios).

 

Miércoles 16/03. 21 hs: SALA 2. El Mundo (Shijie), de Jia Zhang-ke (China/2004), 139 min.

el mundo

En Platform,  Jia Zhang-ke  despliega los cambios que fueron produciéndose en China durante y después de la Revolución Cultural y la manera en que fue virando hacía el capitalismo, con un rumbo incierto. En El Mundo, el director muestra una China ya inmersa en el mundo capitalista y globalizado, observada a través de una mirada ácida y desesperanzada.

El Mundo, al que se refiere el título, y donde tiene lugar la mayor parte de la película, es el de un parque temático, monumento al kitsch que presenta reproducciones en pequeña escala de hitos arquitectónicos emblemáticos de todo el mundo. Los personajes son seres alienados que trabajan y viven en ese ámbito, en las afueras de Pekín, donde multitudes de personas van a pasear y a sacarse fotos junto a réplicas de la Torre de Pisa, la iglesia San Pedro, el Partenón o el Taj Mahal.

El Mundo, el parque, deviene así en una metáfora del mundo, o de China en su relación con el mundo, con sus conflictos internos y su lucha por insertarse en un contexto global, y de los chinos que sobreviven en condiciones morales y sociales cuestionables. Una crítica al mundo del capitalismo tardío, donde imperan la incomunicación, la corrupción y el simulacro.

 

Miércoles 23/03. 21 hs: SALA 2. Naturaleza muerta, de Jia Zhang-ke (China/2006), 108 min.

naturaleza muerta

Con “Naturaleza muerta“ Jia Zhang-ke logra el reconocimiento internacional y consigue el León de oro en la 63ª edición de la Mostra de Venecia.

El director se traslada a Fengjie en donde aborda el problema que conlleva la construcción de la mayor presa a nivel mundial: La presa de las 3 Gargantas. Una construcción que ha ocasionado la destrucción de pueblos de forma implacable, y obligado a familias enteras a mudarse a Guangdong, a perder sus casas, sus recuerdos y su memoria (con cifras de más de 1 millón de afectados) Muchos de los habitantes para poder ganar una miseria y sobrevivir se ven obligados a trabajar en la obra, derrocando casas (incluido las propias).

De un rigor prácticamente documental, Jia realiza, en clave metafórica, una película sobre la destrucción y reconstrucción de un país; siempre mostrando la cara amarga de la realidad con escenas explícitas de soledad, alienación, la búsqueda de una identidad o del fracaso (encubierto) de la modernización económica. La película aborda la constante lucha entre el paisaje y el hombre y entre lo humano y lo artificial (presas, puentes, etc…), sus personajes buscan personas con paradero desconocido, producto de esa evasión provocada. Una lucha contra el olvido y por preservar el pasado que se les quiere despojar.

Naturaleza muerta se mueve en una delgada línea entre la ficción y el registro documental, Zhang-ke  nos mostró un momento histórico de su China natal en Platform (Zhantai, 2000), y ahora vuelve a hacerlo pero con una crítica sutil al comunismo que ha derivado en capitalismo no declarado.  Su cine invita a la reflexión histórica y sobre todo a pensar en las consecuencias que trae el desarrollo a la sociedad china actual. En este sentido, Naturaleza muerta, aparte de contener dos historias melancólicas y poéticas, es fiel construcción de esa realidad, con sus cosas buenas y otras malas. Una gran obra cinematográfica.

 

Miércoles 30/03. 21 hs: SALA 2. Un toque de violencia, de Jia Zhang-ke (China/2013), 133 min.

un toque de violencia

Con Un toque de violencia, Jia Zhang-ke se centra en la situación de su país, refiriéndose a su realidad política, lo que le ha deparado la prohibición del estreno y de la difusión de su obra en su país natal.

Un toque de violencia, con una estructura capitular, se encuentra dividida en cuatro historias diferentes, independientes entre sí, pero que guardan un nexo común. Todas finalizan con una explosión de violencia como solución. Es llamativo cómo la violencia se va conteniendo en cada nueva historia, quizá para albergar algún tipo de esperanza entre la brecha que se abre entre el brutal final de la primera y los finales de las restantes. De cualquier manera, esta película de múltiples lecturas se puede interpretar como un alegato contra la violencia, porque, al menos en dos de sus historias, los protagonistas intentan evitarla.

Las cuatro historias que se narran están basadas en hechos reales. Jia Zhang-ke lleva la situación de cada personaje al límite. Si bien el uso de la violencia en cada historia es por diferentes motivos, nunca llega a justificarla. Por lo tanto, Un toque de violencia se puede leer como una radiografía incisiva del ser humano inserto en una sociedad abocada a que la mejor y, quizá, la única solución para atajar determinados problemas sea el uso de la fuerza.

Es cierto que la esencia de la obra es mostrar una sociedad venida a menos en cuanto a su moralidad, fruto de la evolución económica del país chino que está ampliando la barrera entre ricos y pobres, y que éstos no tienen más remedio que recurrir a ciertos actos violentos para hacerse notar, pero el tratamiento de la violencia en esta película vendría a ser una reacción frente a otras formas más sutiles de violencia. Una posible metáfora de la incapacidad de obtener solución sin el uso de la misma.

 

 

 

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